Kathe Silva - Teusaquillo

¿Qué se me olvidó?

7:45 a.m. Aún dormida y sin levantarme de la cama me pongo los audífonos y me conecto a la primera reunión de la mañana. Mientras la reunión transcurre con el celular en la mano, voy al baño, me cepillo los dientes, me cambio de ropa y me peino. No hay tiempo para una ducha. Al mismo tiempo respondo mensajes de Whatsapp y luego me siento en el computador para tratar de terminar las tareas pendientes. Hago llamadas, mientras escribo en el computador, respondo mensajes URGENTES por Whatsapp, reviso el correo, trato de concentrarme para entender lo que me solicitan mientras transcurre una nueva reunión. Hablo por Whatsapp con mis compañer@s de trabajo sobre lo que se comenta en la reunión. Siento un calambre en el estomago ¿Seria por la desaprobación de mi jefe de mi trabajo? o ¿Será hambre? O que acabo de recordar que llevo varios días sin hablar con mi mamá y no he ido a hacer mercado. ¿Será porque mi pareja se la ha pasado gritando y maldiciendo toda la mañana por que su computador se bloqueo de nuevo? ¿Será porque los perros están inquietos y necesitan salir al parque?

Ya pasó la hora del almuerzo y yo sigo respondiendo cosas en el computador. Me conecto a mi tercera reunión del día desde el celular para poder ir a la cocina y cómo olvidé poner a descongelar el pollo, lo pongo en la olla a presión y dejo cocinando el arroz mientras regreso al computador. Oh Oh, debo ingresar a una nueva reunión que no tenía programada. Después de escuchar atentamente durante casi dos horas mientras adelanto mil cosas más, por fin llega mi hora de participar y los perros están inquietos, sale humo de la cocina, mi vecina timbra una y otra vez por el humo y yo sigo hablando mientras corro a la cocina a apagar los fogones y poner la olla a presión bajo el agua, esperando que deje de salir humo y mi vecina pare de timbrar. A las 6 p.m. Cuando la reunión termina voy a la cocina y trato de preparar algo con lo que no se quemó, pero ya no quiero comer.

Suena el teléfono y palabras poco amables me recuerdan que olvidé otra tarea URGENTE. Continúo con mi turno nocturno de trabajo y cuando termino sobre las 8:30, con migraña y dolor de cuello y espalda, con angustia me pregunto: ¿Será que olvidé algo más?

Y si, olvide muchas, demasiadas cosas. Olvidé vivir. Olvidé mantener una buena relación conmigo misma y con mis seres queridos. Olvidé hacer cosas para divertirme, cuidarme y sentirme bien. Olvidé disfrutar de mi familia, mi pareja y mis mascotas. Olvidé el ritual de tomar una copa de vino mientras preparo la comida y sentarme a disfrutar cada bocado. Olvidé sentir, respirar, agradecer. Olvidé conversar, jugar, reír. Olvidé mis sueños, incluso olvidé quien soy y que me hace feliz.

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4 comentarios en “Kathe Silva – Teusaquillo”

  1. Jenny Milena Alvarez Gutierrez

    Excelente, reflexión la vida va tan rápido que algunas veces nos olvidamos de lo verdadero e importante. Un abrazo. Gracias por compartir.

  2. Martha Elena Pinzón Cáceres

    Mi K! Saber que no eres la única que se siente así, seres tan maravillosos que por presión en el trabajo dejan de ser, para estar bajo la sombra de otros y perder su propia luz. Me alegra que estes reviviendo, reimventando, recuperando tu vida. Te quiero mucho!

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