Cuando empezó el mes de marzo, todo fue incertidumbre, me encontraba trabajando, el día 16 mi jefe decidió cerrar definitivamente las puertas de su local, quedándome sin empleo y desde ese día no he vuelto a devengar un salario.
Pasé muchos días pensando que hacer, leía, y observaba la soledad a través de mi ventana, los jardines floreciendo y yo, quedándome en casa.
Un día empecé a sacar materiales que tenía guardados y retomé el bordado hacía más de veinte años que no bordaba, tenía varios proyectos sin terminar.
Por sugerencia de un sobrino, armamos un grupo de cinco familiares todos vivimos en el mismo bloque y les enseñe a bordar, durante dos meses, dos horas en la tarde, eso alivió un poco el encierro y la soledad.
Vi la propuesta, me interesó quería trasmitir la soledad y la incertidumbre que se vive, viendo como la vida se nos está yendo mirando desde la ventana.
Hermoso trabajo!! Saludos desde México.
Un gran talento. Muy hermoso